Membrillo

Trucos de cocina

La manera tradicional de consumir los membrillos es en forma de dulce, mermeladas, confituras o jaleas; aunque también se utiliza para prepara gelatinas y pasta de frutas. La abundancia de pectina de esta fruta le proporciona la consistencia adecuada para elaborar mermeladas y compotas, sin necesidad de añadir otras sustancias espesantes. Con el membrillo troceado y hecho puré y azúcar se prepara el aromático dulce de membrillo español o el cotignac francés, así como la pasta de membrillo inglesa que se degusta como dulce o entra a formar parte de los budines.

Unas rodajas de membrillo añadidas a una empanada o tarta de manzana proporcionan un sabor delicioso. Asimismo, se puede aprovechar una tarde de otoño para hornear membrillos y dejar que su aroma impregne el hogar. Para ello, se parten por la mitad, se vacían con cuidado, se rellena el hueco con azúcar, espolvoreándolos con canela y se hornean. De esta forma, además del agradable aroma, se disfruta de un sabor exquisito.

Membrillos al vino dulce

  • Tiempo: 60-90 minutos
  • Precio: 5-10€
  • Dificultad: Media
  • Raciones: 4
  • Temporada: Invierno
Ingredientes
  • 4 membrillos
  • 150 gramos de azúcar
  • 40 gramos de mantequilla
  • 1 vaso de vino de moscatel

Cómo se elabora

Cortar por la mitad y descorazonar los membrillos con la precaución de no romper la fruta. Untar las mitades con mantequilla. Espolvorear con azúcar y colocar las mitades en el horno precalentado a temperatura moderada (160-180ºC). A medida que se van cociendo la pulpa se ablanda. Cuando estén a medio hacer, regar los membrillos con el vino moscatel y dejar en el horno hasta que terminen de cocinarse. Servir a la mesa templados.

Mousse de queso tetilla y membrillo

  • Tiempo: más de 2 horas
  • Precio: inferior a 5€
  • Dificultad: Media
  • Raciones: 4
  • Temporada: primavera, verano, otoño, invierno
Ingredientes
  • 250 gramos de queso de tetilla
  • 150 ml de nata para cocinar 35% materia grasa
  • 30 gramos de azúcar
  • 2 huevos
  • 100 gramos de dulce de membrillo
  • 100 gramos de bizcocho pasiego

Cómo se elabora

Retiramos la corteza al queso de tetilla y mezclamos el queso con la nata, el azúcar y dos yemas de huevo. Trituramos hasta formar una crema, que reservamos.
Batimos las claras a punto de nieve. Poco a poco, mezclamos la crema de queso con las claras a punto de nieve. Vamos removiendo la mezcla con un cucharón de madera, no con las varillas o la batidora, ya que estas pueden reducir la esponjosidad de las claras.
Preparamos unos cuencos con una base de bizcocho pasiego desmigado con unas gotas de vino dulce. Distribuimos encima la mousse de queso, tapamos cada recipiente con papel film e introducimos en la nevera durante 2 horas como mínimo. Para rematar el postre, preparamos una capa de dulce de membrillo calentado a fuego suave hasta formar una crema que podamos distribuir sobre el mousse, vertemos el membrillo templado -casi frío, pero cremoso- justo en el momento de servir.

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